La eterna sombra de Johan
Han pasado casi 25 años desde que Johan Cruyff dejó de ser entrenador del Barça. Su salida provocó un seísmo sin precedentes y fue el inicio de los ismos modernos (nuñismo, cruyffismo, laportismo...). Un cuarto de siglo en los que la historia del club ha cambiado, colocándose por momentos en el trono del planeta futbol merced a una serie de equipos (Rijkaard y sobre todo el Pep Team) que dejaron momentos para la eternidad.
Si Johan echase la vista atrás, se reiría. Si, lo haría ya que, a pesar de sus rarezas y sus salidas de tono, se ha comprobado que él tenía razón. Si como jugador, Johan dejó huella, como entrenador ha marcado a las nuevas generaciones, incluso habiendo pasado a mejor vida.
Johan siempre fue un rebelde. Ya desde su época en el Ajax donde negoció sus contratos y se negó a fichar por el Real Madrid porque el Ajax había negociado a sus espaldas, marchándose al final al FC Barcelona, el rival del equipo blanco. Su compromiso y sus principios eran tan fuertes que llegó a renunciar a un Mundial (Argentina 1978) por la situación política que vivía el país suramericano, en medio de una dictadura.
Tras su paso por el Barça, se marchó a hacer las Américas, para regresar fugazmente a España y vestir otros colores blaugranas, en este caso, los del Levante. De ahí a Holanda donde volvió al Ajax y, tras su mala salida, fichó por el Feyenoord de Rotterdam, archienemigo de los ajaccied, haciendo doblete con 37 años y demostrando a los dirigentes del club de Amsterdam, lo equivocados que estaban.
En 1985 inicia su etapa como técnico y lo hace en el Ajax tras limar asperezas con la directiva. Allí, con un reconocible 343, ganó 2 ligas y una Recopa de Europa, siendo nombrado mejor entrenador del mundo. En 1988 ficha por el Barça y el resto, como diría aquél, es historia.
Johan ni siquiera se sacó el carnet de entrenador, se valió de su encanto y su sagacidad para convencer a los escépticos de su capacidad, no sólo para entrenar a equipos de máximo nivel, sino para hacer algo completamente novedoso y que quedaría en los anales de la historia, aún cuando él ya no se sentase en el banquillo y fuesen sus discípulos quienes continuarán difundiendo su palabra.
Su carrera como entrenador fue corta (11 años). Su mala salida del Barça, unida a la falta de proyectos que satisfacieran un paladar tan particular como el suyo, hizo que se "jubilara" a los 49 años, dedicándose en cuerpo y alma a su fundación y jugando durante horas a su nueva pasión, el golf.
Su figura en los últimos años siempre será recordado por ser asesor del presidente Laporta a quien, acertadamente, recomendó la contratación de dos técnicos: Frank Rijkaard y Pep Guardiola. No se equivocó Johan, con Frank se consiguió la segunda CL y no se ganó nada más por el abandono a la buena vida de varios jugadores, encabezados por Ronaldinho. Si la apuesta por Rijkaard era arriesgada, lo de Pep fue un salto sin paracaídas en toda regla. Un técnico con 37 años, sin experiencia en la élite y con fama, como certificaría a los pocos días de su presentación, de intransigente. Y, sin embargo, quizás fue su acierto más grande.
Más allá de las victorias de aquel tiempo, quedará en el recuerdo el como se consiguieron. Los trofeos se ganan de muchas formas, la CL, la liga, la Copa, incluso Mundiales de fútbol, se celebran cada temporada o cada 4 años y siempre hay un campeón. Tenemos los ejemplos de Grecia en 2004 (Eurocopas) o Chelsea en 2012 (CL) equipos campeones que hoy nadie recuerda. El mérito, pues, de los equipos forjados en la filosofía cruyffista, no son solo sus resultados, sino la manera de conseguirlos. Equipos eternos, referentes en su tiempo y que tienen su lugar en la historia.
Johan nos abandonó un 24 de Marzo de 2016 debido a un cáncer de pulmón. Fumador empedernido, había sufrido un infarto siendo entrenador y, a petición de los médicos, había cambiado los palitos de nicotina por los chupa chups. Sin embargo el daño a su organismo ya estaba hecho y Johan fallecía a los 69 años. Eso sí, a su manera. Optimista por naturaleza y de vocación inconformista, mostró su convencimiento de que superaría la enfermedad.
Vivió como quiso, creó sus propias reglas y siguió sus propias corazonadas. No se equivocó mucho y, si lo hizo, la diosa fortuna se encargó de remediarlo. Hoy, más que nunca, su legado es necesario, sobre todo viendo el solar en el que se ha convertido el FC Barcelona. De momento, todos los candidatos se han llenado la boca hablando de Cruyff y de su filosofía pero, al igual que Johan, yo soy más de hechos que de palabras y hasta ahora, el único que ha demostrado creer en el holandés y su forma de ver el fútbol es Joan Laporta.
Cruyff fue un genio pero no inició este camino. Rinus Michels lo inició en el Ajax, los magiares mágicos de Hungría ya habían inventado la figura del falso 9 y Laureano Ruíz y Oriol Tort fueron figuras clave en el fútbol formativo. Johan, sin embargo, aportó el glamour y la grandeza a ese tipo de fútbol. Estés donde estés, Hartelijk bedankt Johan.
Salu2
Nuevamente ovación cerrada para un artículo que derrocha sentimiento y sabiduría por partes iguales. El cariño y el corazón que pones en el artículo tocaría la fibra del ser más duro. Porque Johann como bien dices era distinto a todos. Único. Inconformista. Especial y un ser tocado por la magia del Fútbol. El era Futbol. Derrochaba magia en cada entrenamiento y en cada partido que empapaba a sus pupilos como nadie ha conseguido hacer jamás. Quizá el más acercado a esa magia ha sido Pep. Pero nadie ha sido ni será jamás como "el flaco". Allá donde estés maestro, gracias, gracias y gracias. Y por supuesto gracias a ti por haber escrito este artículo con corazón, sentimiento y magia, como hacía todo Johan.
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